“Nadie ha visto jamás a Dios. Si nos amamos unos a otros, Dios permanece
en nosotros, y su amor se ha perfeccionado en nosotros.”

1 Juan 4:12

Somos una extensión del Amor de Dios, y a medida en que vamos madurando comenzamos a amar a nuestro prójimo con un amor que no es nuestro.

A medida que el varón perfecto toma forma en ti, Él amará por ti. ¿A qué me refiero? Te encontrarás en situaciones que antes te afectaban emocionalmente, pero ahora con ayuda del espíritu santo amarás a aquellas personas que te alteraban y simplemente las aceptarás…porqué hay en ti alguien que les tiene gran amor y misericordia.

Comenzarás a ver con los ojos de Jesús a tu prójimo, donde antes veías a ese Jefe irritable, verás a una persona confundida y encarcelada en temor. Donde veías un alma torcida, verás a un pobre hombre buscando una salida. Donde antes veías a un hombre duro de corazón, verás a un pequeño atrapado en una prisión.

¿Y qué no se trata de eso hermanos? Permitirle a Jesús que viva plenamente en nosotros. ¿Por qué en ocasiones lo limitamos a amar?

Imagina esto. Por fin has encontrado al amor de tu vida, a esa persona que fue creada para ti, pero con la limitante de qué no puedes amarle totalmente.

Cada vez que hacemos caso omiso a la voz de Jesús en nosotros de amar a nuestro prójimo, le estamos privando de amar a su amada.

El mundo busca amor y esperanza, y ambos están solo en Jesús. Seamos en verdad una extensión del amor de nuestro Señor. El mismo Señor que amaba a los depreciados por el mundo mora en ti, Él está más vivo que nunca y desea ser palpable para tus hermanos.

Permítele que ame por ti, pídele que borre de ti toda rasgadura en tu corazón. Y puedas comprender a tu prójimo, para ser una extensión de su amor.

Mi deseo es que Su amor se siga perfeccionando en nosotros, y podamos realmente amar.