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Abril
30/04/10


Proverbios 4:20-22 Hijo mío, está atento a mis palabras;
Inclina tu oído a mis razones. No se aparten de tus ojos;
Guárdalas en medio de tu corazón; Porque son vida a los que las hallan, Y medicina a todo su cuerpo.


Hoy estoy convencido que lo que soy y donde estoy es la expresión viva de Dios de la formación que él ha estado realizando en mí. Hoy, estoy convencido que me ha instruido para que yo consuele a los cansados y cada mañana me hace estar atento para que escuche dócilmente tus palabras. Cada mañana cuando me acerco a él, él me enseña. Sé que pasar tiempo con él cada mañana es un privilegio, el privilegio de la búsqueda del recogimiento y la comunión íntima con él.

Hoy, estaré muy atento al hecho de que la meditación, la oración y la palabra de Dios deben estar subordinadas y sujetas a que el enlace que existe entre Cristo y yo sea renovado y firmemente fortalecido en el tiempo que pasaré con él. Quizá por un momento puede parecerme que los pensamientos del día completo, con todas las preocupaciones, los placeres y las tentaciones posibles, trastornarán la renovación que he disfrutado en mi tiempo devocional. Es probable que pase algo así; pero con todo y eso no se producirá perdida. El cristianismo tiene como objeto formarnos de tal modo en el carácter de Jesús que puedan ponerse de manifiesto la personalidad y la disposición de nuestro Señor aún en los actos más sencillos de la vida.

Salmos 103:3 El es quien perdona todas tus iniquidades, El que sana todas tus dolencias;

Salmos 107:20 Envió su palabra, y los sanó, Y los libró de su ruina.

Confesión

Gracias porque todas las mañanas me hace estar atento para que escuche dócilmente tus instrucciones. Dios, que jamás cambie este tiempo de acercamiento a ti por ninguna otra cosa
Pongo atención a tus Palabras Señor, e inclino mi oído a tus razones, no las aparto de mis ojos y las guardo en mi corazón.
Mi cuerpo está saludable y todos mis órganos funcionan normalmente. Mis huesos se fortalecen por tu palabra y no se deterioran porque está escrito que tu palabra es salud para ellos, Amen.


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¿Te Gustaría Venir a Casa?

Lo único que tienes que hacer es simplemente creer que Jesús tomo tu lugar. Él murió por Tí, para que tú pudieras nacer en su familia. Las siguientes palabras pueden ayudarte a expresar tus pensamientos a Dios.

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Padre, Quiero venir a Casa. Por favor hazme tu Hijo(a). Yo me arrepiento de mis pecados y acepto TU PERDON hecho posible por la muerte y resurrección de tu Hijo, Jesucristo. Yo pongo mi fe y esperanza solamente en Jesús para mi Salvación. Gracias por hacerme parte de tu familia.

Que Dios te bendiga, oramos por ti!

Si hiciste esta oración de todo corazón puedes escribirnos a radiofuente1@hotmail.com
Para orar por ti